El estudio explora las conexiones, las oportunidades y los desafíos del cambio demográfico y climático, y como se pueden considerar en la formulación de políticas climáticas de la UE
El informe se centra en la demografía y la mitigación del cambio climático a través del análisis de las trayectorias de las emisiones y la población a nivel mundial y de la Unión Europea. Pero desde el JRC apuntan que, si bien el crecimiento de la población se da por entendido que implica mayores emisiones, la inercia intrínseca de los procesos demográficos implica que las soluciones para reducir las emisiones deben provenir de la reducción de las desigualdades, la ecologización de la economía y un cambio en el consumo.
Poniendo el foco en la población mayor de 65 años, a nivel europeo el informe encuentra que, aunque en términos absolutos las personas de mayor rango de edad emiten menos, tienen mayores emisiones per cápita, pues una mayor parte de sus emisiones se concentra en artículos de consumo intensivos en carbono y es menos probable que cambien sus actitudes o comportamientos hacia patrones más sotenibles con el medio ambiente. Por lo tanto, será cada vez más importante abordar estas diferencias intergeneracionales en el consumo y enfocarse en medidas políticas para la eficiencia energética y las transiciones ecológicas para las generaciones mayores.
Los cambios demográficos son relevantes para influír en la capacidad de adaptación de las sociedades para abordar el cambio climático. No todos los territorios a nivel global se van a ver afectados de la misma manera por los cambios producidos, por lo que el informe destaca formas de mitigar el cambio climático en los grupos demográficos vulnerables y ayudar a crear medidas para adaptarse.