Bajo el lema El marrón, el contenedor que devuelve vida y en el marco de la Semana Europea de la Prevención de Residuos —que se celebrará del 20 a 28 de noviembre —, la empresa pública Sogama llevará a cabo una campaña orientada a potenciar el uso del quinto contenedor —el de color marrón— en los tres ayuntamientos pioneros en su implantación (Carballo, Laracha y Cerceda), además de en Arteixo, y los de Oroso y Santa Comba, interesados también en sumarse a la iniciativa.
En los seis municipios se habilitará un punto informativo, que estará atendido por educadores ambientales especializados en gestión sostenible de residuos, con el fin de abundar en las buenas prácticas vinculadas a la reducción, a la reutilización y al reciclaje y, más específicamente, en la importancia de valorizar la materia orgánica a través de su transformación en compost de calidad.
En el caso de Carballo, Laracha, Cerceda y Arteixo —donde ya está implantado el quinto contenedor—, los monitores se centrarán en recordar el que debe y no debe depositarse en este recipiente, y resolverán las dudas trasladadas por los ciudadanos en relación a la correcta gestión de los desechos urbanos.
Por su parte, en Santa Comba y en Oroso la acción se focalizará sobre la labor del quinto contenedor, que llegará a las calles de estos municipios en su momento, así como en los beneficios que la recogida secretada de los residuos orgánicos reportará de cara a el cumplimiento de los objetivos de reciclaje fijados por la UE para los próximos años.
Los ayuntamientos, que son los que tienen las competencias en materia de residuos, están obligados a implantar, antes de 31 de diciembre de 2023, la recogida diferenciada de la materia orgánica a través del contenedor marrón.
Con todo, la Xunta de Galicia y con el fin de ayudarlos en esta tarea, diseñó y está ejecutando a través de Sogama una red de infraestructuras con la que se posibilitará que la mayor parte de los ayuntamientos adscritos la esta empresa pública, y que acogen a más de 2.240.000 habitantes, tengan acceso a la valorización de la materia orgánica.
De este modo, la red estará conformada por cuatro plantas de biorresiduos: la de Cerceda, en A Coruña (ya en funcionamiento), y las de Vilanova de Arousa (Pontevedra), Cervo (Lugo) y Verín (Ourense), que contarán con el apoyo de 13 plantas de transferencia que serán reformadas, adaptadas o reconstruidas el fin de dotarlas de una tolva específica para el trasvase de la materia orgánica, que luego será trasladada a la planta de compostaje más próximo para su conversión en compost de alta calidad.
Se pretende así que los municipios gallegos dispongan de una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 km de distancia.