En el primer semestre de 2020 muchas ciudades de todo el mundo han abierto carriles bici temporales o permanentes para fomentar el transporte sostenible en tiempos de COVID. Según un estudio alemán, hasta agosto de 2020 se han construido una media de 11,5 kilómetros de ciclovías provisionales por ciudad.
Algunos utilizaron la urgencia para implementar medidas que ya estaban planificadas hace mucho tiempo, otros aprovecharon para probar nuevas estrategias. Las medidas políticas rara vez son tan visibles en el paisaje urbano: un carril para bicicletas emergente a menudo está marcado con grandes líneas amarillas y conos de tráfico y reemplaza el carril de la derecha o un carril de estacionamiento anterior. Los costes por kilómetro de carril provisional parecen variar mucho, desde 9500 € en Berlín hasta 25.000 € en Sevilla.
Lo que comenzó en Bogotá, Colombia, fue imitado por primera vez en Europa por un distrito de Berlín el 25 de marzo de 2020. Siguieron otras 8 ciudades en Alemania con un récord total entre marzo y agosto de alrededor de 25,5 km de carriles emergentes (estado septiembre de 2020 según la revista ZEIT no 38). Stuttgart incluso recibió el reconocimiento estatal y fue galardonado por su rápida toma de decisiones y el valor de demostración de sus medidas ciclistas. Cuando comenzó Covid, los funcionarios de la ciudad crearon una oferta adicional de bicicletas con nuevos carriles en calles que de otro modo serían concurridas. Mucho antes de la pandemia, la ciudad, hogar del fabricante de automóviles Porsche, decidió dar forma a su perfil como ciudad de automóviles y bicicletas. En una perspectiva a largo plazo, la bicicleta está destinada a compensar el 25% de la movilidad de la ciudad. Para alcanzar este objetivo, la ciudad prevé una inversión anual de 40 € / residente en infraestructura para bicicletas.
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