Waste-to-Energy constituye el vínculo entre la economía circular y las energías renovables, garantizando que los residuos no reciclables, incluidos los rechazos de los procesos de reciclaje, se gestionen de forma segura y se utilicen como recurso gracias a la recuperación de energía y materiales. En Europa, la energía recuperada por las plantas WtE representa el 2,4% del suministro total.
Cada fuente de energía renovable disponible tiene un papel fundamental que desempeñar para mejorar los esfuerzos de la economía de la UE hacia la descarbonización, incluida la electricidad, el vapor, la calefacción y la refrigeración, así como los combustibles renovables y bajos en carbono generados a partir de los residuos no reciclables.
Estudios recientes estiman que la producción de energía renovable de las plantas de valorización energética es más del 50%, lo que contribuye sustancialmente a la transición de los combustibles fósiles en los sectores de electricidad, calefacción y transporte.
Además, la energía renovable de Waste-to-Energy se proporciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana y, por lo tanto, es planificable y confiable, lo que aumenta la flexibilidad de generación de electricidad de toda la red eléctrica.
En 2018, estas plantas generaron alrededor de 40 mil millones de kWh de electricidad y 90 mil millones de kWh de calor, lo que proporcionó electricidad a 18 millones de ciudadanos y calor a 15,2 millones.
Waste-to-Energy también puede producir combustibles renovables y bajos en carbono (por ejemplo, hidrógeno y metanol), que son cruciales para los objetivos climáticos y renovables establecidos. En este sentido, Waste-to-Hydrogen tiene un potencial significativo para descarbonizar el transporte pesado al alimentar autobuses y camiones de recogida de basura, al tiempo que se evitan toneladas de emisiones de GEI.
En virtud de la Directiva de energías renovables (RED) (Directiva (UE) 2018/2001), la biomasa se reconoce como una fuente de energía renovable, ya que puede reemplazar a los portadores de energía fósil y las materias primas en las industrias de uso intensivo de energía. La razón por la que la energía de Waste-to-Energy se considera parcialmente renovable se debe a que los residuos tratados en estas instalaciones son en parte biogénicos o, simplemente, biomasa.
Es más, cuando la biomasa se combina con la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la industria alcanza una eliminación neta de CO2 de la atmósfera, lo que genera emisiones negativas. El mismo proceso se puede implementar en plantas de conversión de residuos en energía, como lo demostraron los proyectos piloto de Copenhague y Oslo.