Conclusiones del seminario web "Abordar la pobreza energética con una perspectiva de género"

Martes, 28 Junio, 2022 - 00:00

La pobreza energética -que actualmente sufren entre 30 y 60 millones de europeos- se refiere a la situación en la que los hogares no pueden acceder a la energía suficiente para garantizar unas condiciones de vida dignas a un precio asequible. Aunque las causas directas e indirectas son múltiples, el mal aislamiento de los edificios, las elevadas facturas energéticas y los bajos ingresos son los tres factores principales que la provocan. La pobreza energética no es un fenómeno neutral desde el punto de vista del género y es más común entre las mujeres, especialmente las madres solteras y las personas mayores. Sin embargo, la clara falta de datos desglosados por sexo representa un obstáculo para el diseño y la aplicación de políticas eficaces: de hecho, surge un círculo vicioso: sin datos, sin visibilidad, sin interés, sin acción, sin responsabilidad.

Para investigar el vínculo entre género y pobreza energética, el marco institucional europeo -presentado por Kata Tüttő y Jaimie Just- se complementó con la puesta en común de las mejores prácticas en toda la UE, concretamente con dos representantes del proyecto EmpowerMed , que trabaja para incluir el género y la salud en el debate sobre la pobreza energética y para capacitar a las mujeres para que actúen contra la pobreza energética en toda la zona del Mediterráneo.

Kata Tüttő, alcalde de Budapest, presidente de la Comisión ENVE en el Comité de las Regiones, subrayó el papel clave y activo que los líderes locales y los ciudadanos están llamados a desempeñar en estos tiempos de grandes cambios. La pobreza energética como cuestión de género es un síntoma de causas profundamente arraigadas, la única forma posible y sostenible de superarla es asumir una perspectiva de género en la gestión del dinero y en los procesos de toma de decisiones.

Jaimie Just, asesora del CMRE en materia de igualdad y diversidad, destacó las diferencias de género en cuanto al acceso a los recursos, la gestión de la energía en el hogar y los comportamientos de consumo. En efecto, en todo el mundo, las mujeres tienen tasas de empleo más bajas y salarios desiguales, dedican más tiempo que los hombres a las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas y, en consecuencia, dependen más de la calefacción y de la calidad del aire interior. En este sentido, la Carta Europea para la Igualdad de Mujeres y Hombres en la Vida Local aborda las principales áreas en las que los GLR tienen competencias y poder para abordar eficazmente aquellas causas fundamentales que conducen, entre otros síntomas, a la pobreza energética.

Las dos representantes de los socios nacionales del proyecto EmpowerMed, Mònica Guiteras Blaya, de la Asociación Catalana de Ingeniería Sin Fronteras (ESF), y Katharina Habersbrunner, de la sección alemana de Women Engage for a Common Future (WECF), destacaron la necesidad de un enfoque vinculante y de una lente de género dentro de las políticas e instituciones de la UE, así como en los proyectos que tratan el tema. Presentaron algunas iniciativas locales, como las asambleas colectivas: atendidas y participadas principalmente por mujeres, representan un ejemplo para sacar la pobreza energética de los espacios privados, y son una herramienta de empoderamiento para las mujeres y las personas vulnerables, así como un lugar seguro donde construir conocimientos e intercambiar experiencias. Por último, subrayaron cómo las energías renovables representan una enorme oportunidad para las mujeres: deben ser incluidas en los procesos de toma de decisiones del sector energético, ser vistas como verdaderas protagonistas del cambio y recibir el apoyo de las instituciones. Incluir a las mujeres significaría tomar mejores decisiones y diseñar políticas más eficaces en el sector energético, garantizando la sensibilidad y la sensibilidad de género.

Las asambleas colectivas, a las que asisten y en las que participan mayoritariamente mujeres, representan un ejemplo para sacar la pobreza energética de los espacios privados, y son una herramienta de empoderamiento para las mujeres y las personas vulnerables, así como un lugar seguro donde construir conocimientos e intercambiar experiencias.