Como parte de un programa más amplio de recuperación de barrios en la ciudad de Bruselas, firmante del Pacto de las Alcaldías, el proyecto emblemático L28A tenía como objetivo utilizar los terrenos baldíos de la antigua línea ferroviaria 28A (L28A) para transformarlos en un espacio verde abierto al barrio e integrado en una red más amplia de espacios públicos verdes.
Este estudio de caso es un buen ejemplo de planificación urbana sostenible y, lo que es más importante, demuestra que hay otro camino en lugar de cubrir el centro de la ciudad con hormigón. Además, este proyecto es el resultado de una colaboración activa entre las autoridades locales y regionales, empresas como gabinetes de arquitectura y masterplan, y titulares de proyectos socioeconómicos y ciudadanos, que al final darían vida a esas infraestructuras y proyectos.
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