El proyecto LIFE IN-PLAN permite a los municipios incorporar exigencias climáticas y energéticas directamente en sus planes urbanísticos
En Europa, cada vez más municipios y regiones están cambiando la forma de planificar sus ciudades. Ya no se trata solo de decidir donde se construyen calles, viviendas o parques. Ahora se incluye también cómo usan la energía, cómo afrontan el cambio climático y cómo preparan las infraestructuras para el futuro. Todo ello de forma conjunta y coordinada.
El proyecto LIFE IN-PLAN está ayudando a que esto sea posible. Ha diseñado una metodología que permite a los gobiernos locales y regionales incorporar las metas de reducción de emisiones, transición energética y adaptación al cambio climático dentro de sus planes de uso del suelo y desarrollo territorial.
Esta iniciativa, cofinanciada por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, proporciona a los administradores públicos herramientas prácticas y guías detalladas para traducir los objetivos climáticos en normativas urbanísticas vinculantes. La metodología se centra en el análisis de datos espaciales, superponiendo mapas de riesgo climático con mapas de consumo y potencial energético, lo que permite tomar decisiones basadas en evidencia.
Ejemplos concretos
- En Croacia, las ciudades de Zagreb y Križevci junto con la ciudad piloto de Karlovac han incluido en sus planes urbanos obligaciones reales: por ejemplo, que los nuevos edificios usen energías renovables o calefacción de distrito. En Karlovac, esto se materializó en la obligatoriedad de conexión a la red de calefacción urbana con biomasa en nuevas zonas de desarrollo, integrando este mandato directamente en su Plan de Uso del Suelo.
- En Italia, San Vito al Tagliamento ha adaptado la metodología del IN-PLAN al contexto local para abordar efectos como las olas de calor o inundaciones. La ciudad utilizó las herramientas de mapeo para identificar “islas de calor” urbanas y zonas inundables, lo que les permitió redactar normativas que exigen más espacios verdes y materiales permeables en esos puntos críticos.
- En Irlanda, la Southern Regional Assembly ha usado el marco de IN-PLAN para alinear la estrategia de energías renovables con los planes regionales, estableciendo criterios claros de ubicación, capacidad, revisión, etc.
¿Por qué es importante?
Cuando los planes urbanísticos, las políticas energéticas y los programas de adaptación al clima se hacen por separado, se pierde la oportunidad de obtener sinergias y se actúa de forma fragmentada. Pero si se integran, los municipios pueden:
- Exigir que los nuevos edificios sean más eficientes o usen energías renovables.
- Evitar la expansión de infraestructuras que aumenten residuos o emisiones innecesariamente.
- Hacer que cada decisión sobre el territorio tenga en cuenta tanto la energía como la resiliencia frente al clima.
¿Y ahora qué sigue?
La planificación integrada se está convirtiendo en una piedra angular de la transición verde en Europa. El proyecto IN-PLAN, tras su fase de demostración, ha mostrado un camino viable y ahora el reto está en que todos los municipios y regiones lo adopten como práctica habitual. Para ello, los marcos nacionales y europeos también tendrán que recoger y promover este enfoque, facilitando directrices y financiación específica para que la transición verde sea coherente y más eficaz.