La conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Ángeles Vázquez, afirmó qué Sogama es la planta de tratamiento de basura más eficiente de Europa, con una capacidad de hasta 3 millones de kilos de residuos urbanos al día, y con tecnología de vanguardia y de última generación que permite mantener todas sus emisiones por debajo de los límites.
La conselleira de Medio Ambiente intervino en el pleno del Parlamento, donde reiteró que se trata de una instalación que da servicio al 94% del ayuntamientos gallegos cumpliendo con todos los requisitos medioambientales, rigurosas medidas de prevención y con la Ley de contratos del sector público. “Sogama trabaja con la máxima pulcritud, con el máximo control y responsabilidad”, añadió.
Destacó que cada jornada se tratan en el complejo de Cerceda más de 2,2 millones de kilos de residuos, que en la época estival puede conseguir picos de hasta los 3 millones. “La planta está operativa las 24 horas del día, los 365 días del año“, defendió Ángeles Vázquez.
Asimismo, lamentó que se intente alarmar y generar confusión cuando las plantas de valorización energética, como el caso de Sogama, son instalaciones sobre las que rige un exhaustivo control, pesando sobre las mismas una rigurosa legislación que supera a la de otros sectores, con numerosas inspecciones medioambientales de carácter mensual, trimestral, semestral y anual.
Este correcto funcionamiento también se registra en otras áreas, como en la escombrera de Areosa. Sogama redujo en un 98,6% el depósito directo en escombrera, al pasar de las casi 414.000 toneladas de basura en 2008 a las 5.473 en 2020. En la actualidad, también da servicio a los ayuntamientos para el tratamiento de los *biorresiduos y, aunque la cantidad de materia prima que recibe es pequeña, esta es de gran calidad, tal y como revelan los primeros análisis donde se constata que la presencia de impropios está en un 3%.
Hace falta recordar que la Xunta seguirá trabajando para ayudar a los ayuntamientos gallegos a implantar la recogida de biorresiduos, para lo cual se invertirán 35 millones de euros en construir tres nuevas plantas y adaptar las 13 de transferencia, con el objetivo de que los ayuntamientos gallegos cuenten con una planta a menos de 50 kilómetros de distancia.